En septiembre de 1491 falleció en Roma Alfonso Carrilo, obispo de Pamplona. Antes de que los reyes de Nabarra Juan de Albret, y Catalina de Foix pudieran imponer su sucesor. El 12 de septiembre el papa Inocencio VIII nombro como obispo para Pamplona en la figura y a los dieciséis años de edad a Cesar Borgia, nacido el 13 de septiembre de 1475, hijo natural del cardenal y futuro papa de Roma, Rodrigo de Borgia (Alejandro VI) y de Rosa Vanozza. Cesar no sabia que en el Reino de Nabarra, pasaría los últimos años de su vida.
La repulsa de los reyes de Nabarra Juan de Albret, y Catalina de Foix, fue inmediata, “la apelación que ha sido interpuesta en nombre de sus altezas a causa del agravio que les ha sido hecho en la provisión del obispado de Pamplona”1. El cargo había sido otorgado sin previo consentimiento de Juan y Catalina y, evidentemente, sin su consentimiento. De esta manera, Inocencio VIII desestimaba de antemano cualquier posible derecho de los reyes a nombrar el cargo del obispado a su voluntad.
No obstante, la Casa Albret-Nabarra-Bearne-Foix no se resigno, y deseo fortalecer su poder en sus territorios, también mediante el control de la iglesia. De esta manera los reyes notificaron a inicios de noviembre a los principales representantes de la iglesia, que ninguno de sus súbditos, ni seculares, ni eclesiásticos, reconociesen al nuevo obispo y les ordenaban desobedecer toda orden realizada por los oficiales de Cesar Borgia. 2
Poco tiempo pasó hasta que el Rey católico se intereso por el tema que enfrentaba a los Albret con el papado. A mediados de 1492 trato de hacer cambiar de opinión a los reyes nabarros a quienes había escrito sin tener éxito. Por otra parte escribió a finales de septiembre, a Martín de Alegría para que aceptaran a Cesar Bogia y además se comprometía a suplicar al papa, para que reconociese en adelante la facultad de los Reyes de Nabarra para “proveer de las dignidades de su reino a voluntad y dominación de ellos” a cambio de Cesar Borgia como obispo. Una vez más en febrero 1493 reitero a los reyes la misma proposición, pero esta vez por medio de Gracian de Agramont.
Los soberanos Albret aceptaron finalmente la propuesta, ya que los delegados del nuevo obispo administraban con normalidad las diócesis desde el mes de febrero. También su aceptación vino precedida por el reconocimiento y el derecho que tendrían en delante de proveer las dignidades de Nabarra a su voluntad en especial al nombramiento de obispo de Pamplona. 3
Poco tiempo después, Juan y Catalina sufrieron un serio revés, al nombrar el papa, a un nuevo obispo de Pamplona, y otra vez al margen de los reyes.
En abril de 1493 Cesar Borgia deja el obispado, que no conocía personalmente, por el arzobispado de Valencia. Una vez mas el incumplimiento del acuerdo alcanzado un año atrás, lo continúa el papa de Roma Alejandro VI, nombrando a su antojo a Antonio de Pallavicini como nuevo obispo de Pamplona. En junio de 1494 los reyes catolicos Fernando e Isabel instaron a aceptar a Pallavicini como obispo de Pamplona. Además instaron a sus “sobrinos”, que si aceptaban sus recomendaciones a aceptar los futuros nombramientos que realizasen los reyes de Nabarra, para ocupar el cargo de obispo. A Juan III y Catalina I les parecía una bula, o insulto, ya que exponían las mismas respuestas dadas cuando fue elegido Cesar Borgia en 1491. El enfado de Juan de Albret era comprensible y mas, habiendo solicitado a Fernando e Isabel que “no diesen curso a provisión alguna en la parte de la diócesis de Pamplona sita en los reinos de Castilla y Aragón, hasta que la provisión la hicieran a nominación de los soberanos nabarros” 4 el rey católico ordenase a las autoridades de Aragón que “permitiesen al procurador del cardenal Pallavicini presentar bulas de su nombramiento y las obedeciesen en todo”. El conflicto persistiría en el año 1494, convirtiéndose en uno de los temas de mayor presencia en las relaciones políticas entre los soberanos de Castilla-Aragón y Nabarra. A comienzos de 1495 las relaciones entre los reyes y Pallavicini mejoraron.
Por otro la lado, el rey de Francia, Luis XII pide al papa Alejandro VI la concesión de la anulidad matrimonial con Juana de Valois, y como requisito, el papa exigiría una princesa de sangre real para casarla con Cesar Borgia. Los reyes de Nabarra propusieron a Carlota hermana del rey Juan de Albret, por lo que les proporcionarían mantener la tranquilidad política al norte de los territorios heredados por Catalina, sino también, un acercamiento al papado, para que pudieran solucionar los conflictos a la hora de designar el obispado de Pamplona por el papa, pero no aceptado por los soberanos reyes de Nabarra. Pero no nos engañemos, el papa no estaba dispuesto a ceder ante las pretensiones del rey Juan III, lo que se tradujo en la inexistencia de privilegios para el soberano, aun una vez realizado dicho enclave matrimonial. Asi pues, el interesado apoyo brindado a Luis XII, quedo reflejado en el contrato matrimonial redactado en Blois el 10 de mayo de 1499, que unía a los veinticuatro años a Cesar Borgia con Carlota de Albret,(que según dicen, era muy bella) hermana del rey de Nabarra y sobrina de Luis XII de Francia, la cual no sufrió en exceso la presencia de Cesar, ya que poco después de su matrimonio y tras quedarse embarazada, Cesar partió a finales de julio a Lyon y posteriormente hacia tierras italianas, sin regresar siquiera, para conocer a su hija Luisa.
En 1504 se escapa de la prisión del castillo de la mota, medina del campo (Valladolid), y fingiendo, junto con dos hombres mas, que son mercaderes, que van de feria en feria, llegando por la Nabarra occidental, hasta Pamplona, el 3 de diciembre.
Cesar Borgia una vez libre, y al lado de su cuñao Juan de Albret, procuro solucionar sus embrollados asuntos. A Luis XII de Francia le reclamo el pago de la dota de su mujer Carlota de Albret, asi como las rentas que le correspondía por el Ducado de Valence. Dicha reclamación resultaría inútil. Para que pagase Francia, tenía que seguir la política de Fernando el católico, aliado a su vez con Luis XII. Cesar Borgia rompió las relaciones con Luis XII, y acepto el mando (capitán general) de las tropas de los Reyes de Nabarra. Opuso una gran hostilidad con los Reinos de Castilla y Francia, pero antes quiso solucionar un conflicto que había entre Juan de Albret, y Luis de Beaumont (Conde de Lerin) y subdito rebelde el cual defendia a Fernado el católico. El primero de sus objetivos militares es la conquista de la plaza beaumontesa de Larraga y, ante un fracasado intento, llega la Muy Noble y muy Leal Ciudad de Biana (titulo otorgado por Sancho VII el Fuerte 1219) y en posesión del Conde de Lerin, Luis de Beaumont. En marzo Borgia, decide conquistar la ciudad, y lo consigue aunque no su castillo. Dada su experiencia como militar, decide sitiar el castillo manteniendo un cerco a su alrededor, y así rendirlos de hambre.
La noche del 11 de marzo de 1507 se desata una gran tormenta, y por un despiste de las tropas de Cesar, entran unos jinetes comandados por el conde de Lerin y consiguen introducir víveres en el castillo para abastecer a sus defensores durante un mes más. Esto provoco el cólera en Cesar Borgia, el cual se armo rápidamente, no acabando de colocarse bien las piezas de su armadura, monto en su caballo, y salio tan rápido en dirección a Mendavia, que no se dio cuenta que había dejado a su guardia atrás. Llego al término llamada “La Barranca Salada” y sufrió una emboscada por tres hombres del Conde de Lerin, que sintieron estos aumentar su osadía a la vista de las ricas armas del caballero, los cuales lo lancearon lo hiriendo en un costado y lo remataron en el suelo. Se apoderan de sus ropas y sus bienes sin saber muy bien quien es dicho caballero, hasta que llega el paje de Cesar, Juanicot Grasica, el cual cae abrazado ente los despojos de su señor Don Cesar Borgia, duque del Valentinado y de las Romanas. El conde de Lerin le permite a Juanicot trasladar el cadáver a Biana para ser enterrado.
Juan de Albret y Catalina de Foix mandan labrar un monumento sepulcral de alabastro en la capilla mayor de la iglesia Santa María de Biana, para enterrar los restos de Cesar Borgia, el príncipe biondo e bello. Sobre el sarcófago, un pomposo epitafio que empezaba del siguiente modo:
“ Aquí yace en poca tierra/ el que toda le temía/ el que la paz y la guerra/ en mano la tenia./ ¡Oh tu, que vas a buscar/ dignas cosas de loar!/ si tu loas lo mas digno/ aquí pare tu camino,/ no cures de mas andar”
Los reyes de Nabarra lograron en el transcurso del año 1494 y a comienzos del 1495 obtener un gran control político en el reino a pesar de que diversas plazas nabarras quedaran bajo el poder de Castilla. Es mas, resulta importante afirmar la desaparición de poder que había poseído Luis de Beaumont hasta aquellos momentos, ya que sus principales aliados habían sido desterrados . Otro dato importante el abandono del sector beamontes al Luis de Beaumont, conde de Lerin, apoyando a los reyes Juan III y Catalina I. Al iniciarse el año 1495, los reyes habían puesto unas bases muy firmes para obtener el pleno control interno de Nabarra. A finales de 1506 la prepotencia volvio a llevar a Luis de Beaumont a iniciar un nuevo brote de violencia en Nabarra.
Notas:
1- Olite 5 de noviembre de 1491. Comptos documentos caj. 165 num.49
2- “ Los reyes quieren e mandan que todos los súbditos suyos hagan de adherir assi los eclesiásticos como los seculares y fazer los actos que acerca d’ello fueren necesarios porque no entienden dar lugar al que se dice proceido por obispo ni que los dichos súbditos obedezcan a sus officiales, letras, ni mandamientos”
3- Según se cita a los reyes de Nabarra fechada en moncin, el 26 de septiembre de 1492. Papeles de Gayangos.
4- J.J.Goñi Gaztambide: Historia de los obispos de Pamplona vol. II,652
Bibliografia:
Juan de Albret y Catalina de Foix o la defensa del Estado Navarro (1483-1517)
Enlaces externos:
Wikipedia
Varios
Nabar Gorri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario