viernes, 28 de octubre de 2011

La recuperacion de la “lengua de los nabarros”

Una de las consecuencias negativas del régimen victorioso en 1939, fue la imposición de la lengua y cultura “españolas”, ignorando y aun tratando de suprimir la rica variedad de sus pueblos, y su esencial y pluriforme variedad. La lengua proscrita dejo de oírse en las calles de Iruñea. Estaba maldita, mal vistos sus habitantes y maltratados unas y otros con un estigma político. No así en la institución Príncipe de Viana, cuyo secretario general, J.E Uranga, recomendó a la Diputación apoyar a la academia de la Lengua Vasca “con el máximo entusiasmo” (1950). Entre los académicos navarros figuraban entonces Angel Irigaray, Damaso de Inza y Eladio Esparza. Este mismo año la Diputación nombro profesor de euskera a Francisco Tirapu. Las clases tuvieron un gran éxito de alumnos en cursos sucesivos.

            Por iniciativa de varios entusiastas, entre ellos M.J Urmeneta y Jose de Aguerre, escritor en castellano y euskera, académico de la lengua vasca y miembro del Ateneo, y otros mas, fue creada en la institución Príncipe de Viana la sección de fomento del vascuenze (1956). Su misión inicial fue importantísima; romper el hielo de las infamias y prejuicios vertidos sobre la lengua de los navarros. Un equipo de personalidades recorrio durante varios años (1956-1966) los pueblos donde había niños vascohablantes. Otorgaban a cada uno como premio incentivador una libreta abierta en la CAN, con una pequeña imposición. Copiaban a Euskeraren Adiskideak.

            A partir de 1966, con Urmeneta diputado, se dio un segundo paso. El impulso del idioma exigía dar al pueblo elementos de lectura y practica. Y con ese fin nació el Suplemento mensual de Príncipe de Viana revista oficial de la Diputación, “destinado al fomento del vascuence”, publicado en esta lengua desde febrero de 1966, distribuido gratuitamente a pueblos y escuelas de la Nabarra euskaldun. “Trataba notablemente de desprestigiar el tesoro de la milenaria lengua , infamada, de hacer que sus hablantes la valoraran y la mantuvieran, en definitiva, de salvarla” (Memorias II,24)

            Por entonces, y con la misma finalidad promotora, se procedió a dar media hora de clase de esuskera en las escuelas de Nabarra que lo solicitaran.

            Nuevo e importante paso dado en 1969 fue la fundación de la revista cuadernos de etnologia y etnografia de Navarra y fontes linguae vasconun. Studia et documenta,por la institución Principe de Viana, por sugerencia de J.M Satrustegui a J.E Uranga.

            Fundador de la primera ikastola de la posguerra fue Jose A. Mugerza en 1963. Llamada Nuestra Señora de Iranzu, sita en la calle Aoiz, tuvo 27 alumnos matriculados. Toda la prensa loca incluida Arriba España, anuncio la apertura del centro para el 15 de noviembre. Una orden gubernativa decreto su cierre antes de la inauguración el mismo día.

            Dos años después, al amparo de Iruñeko Euskare Adiskideak, fue abierta en Pozoblanco, la ikastola de Nuestra Señora de Ujue. Los cuatro alumnos iniciales eran casi 200 al comenzar el curso en 1968, y 308 en 1969. Los problemas se acumulaban. A la dispersión de locales, deficiencia de instalaciones, de material escolar y de recursos económicos, se unieron las diferencias de criterios sobre las titularidad. De ahí surgio, tutelado por el Arzobispado, el centro cultural San Fermín, futura San Fermin ikastola (1970), ubicado en un colegio religioso en Cizur Menor. La mayor parte de los alumnos de Uxue ikastola, pasaron al nuevo centro. Las dificultades parecían insalvables. El gobierno civil paralizo el expediente de legalización. La vigilancia del profesorado y de sus actividades, por parte de la fuerza publica, eran obsesivas. Se multiplicaron los registros e inspecciones, incluso después de ser legalizado el centro (BOE,3 diciembre 1970)

            Aquel fue un año fecundo. A ejemplo de San Fermín nacieron ikastolas en Estella, Tafalla, Etxarri-Aranaz, Elizondo y Leiza. Nuestra Señora de Ujue paso a llamarse ikastola Paz de Ciganda (1970). Insuficientes los locales en Cizur Menor, se habilitaron los de Nuestra Señora de Iranzu en el barrio de La Milagrosa (1973). Por aquellos años se intensifico la enseñanza del euskera en pisos particulares y en los “amigos del país”. La juventud de San Antonio echo a andar la Academia Joan de Amendux, instalada en las escuelas Vázquez de Mella (1974) cedidas por el ayuntamiento, y un grupo de padres creo la Academia Arturo Kampion organización del Olentzelo navideño, que animaba el txistu del P. Hilario Olazaran de Estella.

            Uno de los problemas mas acuciantes de los primeros tiempos fue el de la financiación, resuelta mediante donativos, rifas navideñas (en la de 1973) fue recaudado un millón de pesetas exposiciones de pintura, y otros arbitrios. El Ministerio negó sistemáticamente toda subvención hasta 1977.

            El homenaje tributado en el Palacio foral (1974) al navarro Pedro Daguerre, Axular, naturalde Urdax, fue como un presagio de nuevos tiempos para la lengua nabarra por parte de las autoridades provinciales. El acto académico fue presidido por los diputados, el presidente y el secretario de Euskaltzaindia, y el director de la Institución Príncipe de Viana.

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