La planicie entre las montañas
Iñigo Saldise Alda
Partiendo de la premisa que ambos términos están escritos en la lengua de los nabarros, y que por lo tanto son ambos igualmente lícitos, debemos matizar que el topónimo o término político de Nabarra deriva de la voz vasc(on)a de Nabar, cuyo significado es "planicie entre las montañas". Por otro lado, al contar con la terminación "-oa" actual y cuyo significado es “comarca”, nos indica que los términos posteriores a Nabarra, que fueron apareciendo cronológicamente a lo largo de nuestra historia dependiendo del dialecto asistente en cada lugar, hicieron las derivaciones posteriores al término de Nabarra, que cronológicamente son Nabarroa, Naparroa y Nafarroa-originariamente apareció como Naffarroa-, significado todos ellos lo mismo, "comarca plana entre montañas".
Es a mediados del siglo XI cuando aparece por primera vez escrito este topónimo y término político de Nabarra, para designar el territorio independiente de los nabarros. Tuvieron que pasar más de V siglos y mucha historia, para que apareciera en libros el término de Naffarroa. Este término aparece por primera vez escrito en el año 1545, concretamente en el libro del clérigo católico Bernat Dechepare, el cual lleva un título escrito en latín, Linguae Vasconum Primitiae.
La palabra Nabarra que aparece en ese escrito del año 1050, puede ser una de las primeras palabras escritas en romance nabarro; pero debemos tener presente que es una aceptación absoluta para este romance latino, de una palabra del idioma vivo más antiguo del Continente Europeo, gure euskaraz y cuyo significado final en la lingua navarrorum es “la planicie entre las montañas”.
Nabarra es un término antiquísimo, del denominado euskara arcaico, cuasi prehistórico o ancestral, en contrapartida con el moderno término de Naffarroa del siglo XVI. Una de las hipótesis barajadas por los lingüistas, es que éste último sufrió una “natural” evolución que parte de la letra b pasando por la letra p, para acabar en la letra f. Otra hipótesis entorno al término actual de Nafarroa, la cual está menos extendida entre los lingüistas, es la que nos alega que la denominación original de Naffarroa, tiene una clara influencia o colonización de carácter fonético, al escribir la doble f como se pronunciaba originalmente la letra latina v, aunque esta hipótesis en cambio, no matiza la utilización de la terminación “-oa”. Esto demostraría un importante grado de colonización en materia lingüística especialmente o más concretamente, pues tendría su desarrollo durante la edad media debido a la influencia de las lenguas latinas que compartían el espacio político con la lengua autóctona o propia del Estado de los nabarros, y finalmente, por la acción del Renacimiento y el posicionamiento soberano desde la Nabarra libre o norpirenaica en contraposición del Barroco, el cual era emergente en la Nabarra ocupada o surpirenaica, donde la introducción de la v (foneticamente uf-fe y normalmente escrita como u incluso en documentos estatales anteriores a la invasión y ocupación española escritos en latín) fue ya en algunos documentos del siglo XVI.
Personalmente, y dejando de antemano muy claro que acepto cualquier terminología expuesta en este escrito para designar o nombrar a nuestro Estado, yo me inclino por utilizar el término de Nabarra. Esto es debido a que en primer lugar, muestra un origen indudablemente propio de nuestros antepasados soberanos, al pertenecer al euskara arcaico y no presentar una probable colonización lingüística del latín e idiomas derivados del mismo. Y en segundo lugar, porque su presencia y utilización es durante un periodo en el cual, se mantuvo la total independencia territorial de nuestro Estado, mientras que el término de Naf(f)arroa, muestra posibles pautas de colonización lingüística o latinización, y finalmente su utilización inicial ciertamente se remite a un periodo de soberanía, pero solo para una parte limitada de nuestro territorio natural o Vasconia.
Iñigo Saldise Alda
Partiendo de la premisa que ambos términos están escritos en la lengua de los nabarros, y que por lo tanto son ambos igualmente lícitos, debemos matizar que el topónimo o término político de Nabarra deriva de la voz vasc(on)a de Nabar, cuyo significado es "planicie entre las montañas". Por otro lado, al contar con la terminación "-oa" actual y cuyo significado es “comarca”, nos indica que los términos posteriores a Nabarra, que fueron apareciendo cronológicamente a lo largo de nuestra historia dependiendo del dialecto asistente en cada lugar, hicieron las derivaciones posteriores al término de Nabarra, que cronológicamente son Nabarroa, Naparroa y Nafarroa-originariamente apareció como Naffarroa-, significado todos ellos lo mismo, "comarca plana entre montañas".
Es a mediados del siglo XI cuando aparece por primera vez escrito este topónimo y término político de Nabarra, para designar el territorio independiente de los nabarros. Tuvieron que pasar más de V siglos y mucha historia, para que apareciera en libros el término de Naffarroa. Este término aparece por primera vez escrito en el año 1545, concretamente en el libro del clérigo católico Bernat Dechepare, el cual lleva un título escrito en latín, Linguae Vasconum Primitiae.
La palabra Nabarra que aparece en ese escrito del año 1050, puede ser una de las primeras palabras escritas en romance nabarro; pero debemos tener presente que es una aceptación absoluta para este romance latino, de una palabra del idioma vivo más antiguo del Continente Europeo, gure euskaraz y cuyo significado final en la lingua navarrorum es “la planicie entre las montañas”.
Nabarra es un término antiquísimo, del denominado euskara arcaico, cuasi prehistórico o ancestral, en contrapartida con el moderno término de Naffarroa del siglo XVI. Una de las hipótesis barajadas por los lingüistas, es que éste último sufrió una “natural” evolución que parte de la letra b pasando por la letra p, para acabar en la letra f. Otra hipótesis entorno al término actual de Nafarroa, la cual está menos extendida entre los lingüistas, es la que nos alega que la denominación original de Naffarroa, tiene una clara influencia o colonización de carácter fonético, al escribir la doble f como se pronunciaba originalmente la letra latina v, aunque esta hipótesis en cambio, no matiza la utilización de la terminación “-oa”. Esto demostraría un importante grado de colonización en materia lingüística especialmente o más concretamente, pues tendría su desarrollo durante la edad media debido a la influencia de las lenguas latinas que compartían el espacio político con la lengua autóctona o propia del Estado de los nabarros, y finalmente, por la acción del Renacimiento y el posicionamiento soberano desde la Nabarra libre o norpirenaica en contraposición del Barroco, el cual era emergente en la Nabarra ocupada o surpirenaica, donde la introducción de la v (foneticamente uf-fe y normalmente escrita como u incluso en documentos estatales anteriores a la invasión y ocupación española escritos en latín) fue ya en algunos documentos del siglo XVI.
Personalmente, y dejando de antemano muy claro que acepto cualquier terminología expuesta en este escrito para designar o nombrar a nuestro Estado, yo me inclino por utilizar el término de Nabarra. Esto es debido a que en primer lugar, muestra un origen indudablemente propio de nuestros antepasados soberanos, al pertenecer al euskara arcaico y no presentar una probable colonización lingüística del latín e idiomas derivados del mismo. Y en segundo lugar, porque su presencia y utilización es durante un periodo en el cual, se mantuvo la total independencia territorial de nuestro Estado, mientras que el término de Naf(f)arroa, muestra posibles pautas de colonización lingüística o latinización, y finalmente su utilización inicial ciertamente se remite a un periodo de soberanía, pero solo para una parte limitada de nuestro territorio natural o Vasconia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario