lunes, 31 de octubre de 2011
viernes, 28 de octubre de 2011
La recuperacion de la “lengua de los nabarros”
Una de las consecuencias negativas del régimen victorioso en 1939, fue la imposición de la lengua y cultura “españolas”, ignorando y aun tratando de suprimir la rica variedad de sus pueblos, y su esencial y pluriforme variedad. La lengua proscrita dejo de oírse en las calles de Iruñea. Estaba maldita, mal vistos sus habitantes y maltratados unas y otros con un estigma político. No así en la institución Príncipe de Viana, cuyo secretario general, J.E Uranga, recomendó a la Diputación apoyar a la academia de la Lengua Vasca “con el máximo entusiasmo” (1950). Entre los académicos navarros figuraban entonces Angel Irigaray, Damaso de Inza y Eladio Esparza. Este mismo año la Diputación nombro profesor de euskera a Francisco Tirapu. Las clases tuvieron un gran éxito de alumnos en cursos sucesivos.
Por iniciativa de varios entusiastas, entre ellos M.J Urmeneta y Jose de Aguerre, escritor en castellano y euskera, académico de la lengua vasca y miembro del Ateneo, y otros mas, fue creada en la institución Príncipe de Viana la sección de fomento del vascuenze (1956). Su misión inicial fue importantísima; romper el hielo de las infamias y prejuicios vertidos sobre la lengua de los navarros. Un equipo de personalidades recorrio durante varios años (1956-1966) los pueblos donde había niños vascohablantes. Otorgaban a cada uno como premio incentivador una libreta abierta en la CAN, con una pequeña imposición. Copiaban a Euskeraren Adiskideak.
A partir de 1966, con Urmeneta diputado, se dio un segundo paso. El impulso del idioma exigía dar al pueblo elementos de lectura y practica. Y con ese fin nació el Suplemento mensual de Príncipe de Viana revista oficial de la Diputación, “destinado al fomento del vascuence”, publicado en esta lengua desde febrero de 1966, distribuido gratuitamente a pueblos y escuelas de la Nabarra euskaldun. “Trataba notablemente de desprestigiar el tesoro de la milenaria lengua , infamada, de hacer que sus hablantes la valoraran y la mantuvieran, en definitiva, de salvarla” (Memorias II,24)
Por entonces, y con la misma finalidad promotora, se procedió a dar media hora de clase de esuskera en las escuelas de Nabarra que lo solicitaran.
Nuevo e importante paso dado en 1969 fue la fundación de la revista cuadernos de etnologia y etnografia de Navarra y fontes linguae vasconun. Studia et documenta,por la institución Principe de Viana, por sugerencia de J.M Satrustegui a J.E Uranga.
Fundador de la primera ikastola de la posguerra fue Jose A. Mugerza en 1963. Llamada Nuestra Señora de Iranzu, sita en la calle Aoiz, tuvo 27 alumnos matriculados. Toda la prensa loca incluida Arriba España, anuncio la apertura del centro para el 15 de noviembre. Una orden gubernativa decreto su cierre antes de la inauguración el mismo día.
Dos años después, al amparo de Iruñeko Euskare Adiskideak, fue abierta en Pozoblanco, la ikastola de Nuestra Señora de Ujue. Los cuatro alumnos iniciales eran casi 200 al comenzar el curso en 1968, y 308 en 1969. Los problemas se acumulaban. A la dispersión de locales, deficiencia de instalaciones, de material escolar y de recursos económicos, se unieron las diferencias de criterios sobre las titularidad. De ahí surgio, tutelado por el Arzobispado, el centro cultural San Fermín, futura San Fermin ikastola (1970), ubicado en un colegio religioso en Cizur Menor. La mayor parte de los alumnos de Uxue ikastola, pasaron al nuevo centro. Las dificultades parecían insalvables. El gobierno civil paralizo el expediente de legalización. La vigilancia del profesorado y de sus actividades, por parte de la fuerza publica, eran obsesivas. Se multiplicaron los registros e inspecciones, incluso después de ser legalizado el centro (BOE,3 diciembre 1970)
Aquel fue un año fecundo. A ejemplo de San Fermín nacieron ikastolas en Estella, Tafalla, Etxarri-Aranaz, Elizondo y Leiza. Nuestra Señora de Ujue paso a llamarse ikastola Paz de Ciganda (1970). Insuficientes los locales en Cizur Menor, se habilitaron los de Nuestra Señora de Iranzu en el barrio de La Milagrosa (1973). Por aquellos años se intensifico la enseñanza del euskera en pisos particulares y en los “amigos del país”. La juventud de San Antonio echo a andar la Academia Joan de Amendux, instalada en las escuelas Vázquez de Mella (1974) cedidas por el ayuntamiento, y un grupo de padres creo la Academia Arturo Kampion organización del Olentzelo navideño, que animaba el txistu del P. Hilario Olazaran de Estella.
Uno de los problemas mas acuciantes de los primeros tiempos fue el de la financiación, resuelta mediante donativos, rifas navideñas (en la de 1973) fue recaudado un millón de pesetas exposiciones de pintura, y otros arbitrios. El Ministerio negó sistemáticamente toda subvención hasta 1977.
El homenaje tributado en el Palacio foral (1974) al navarro Pedro Daguerre, Axular, naturalde Urdax, fue como un presagio de nuevos tiempos para la lengua nabarra por parte de las autoridades provinciales. El acto académico fue presidido por los diputados, el presidente y el secretario de Euskaltzaindia, y el director de la Institución Príncipe de Viana.
LA GRAN CRISIS DE LA “LINGUA NAVARRORUN”
El paulatino progreso del castellano, acelerado durante el siglo XVIII con medidas represivas del vascuence, culmino con la crisis política del país. Para la lengua de los tabarros el paso de ser un reino independiente y soberano a provincia española supuso acelerar un proceso de retroceso y pérdida.
A principios del siglo XIX toda la población de Iruñerria y valles próximos era euskaldun y en su mayor parte bilingüe. Lucas Navaz, abad de Cizur Mayor decia en 1804 que “los feligreses se hallan habituados al basquenz”. Txolin, nació en Berriosuso, casado en Artica y guerrillero contra los franceses, “era el vascongado mas cerrado que había existido en Nabarra”, según sus amigo Espoz y Mina. Mientras vivió, Joaquín de Lizarraga, vicario de Elcano (Egues), redacto en euskera los sermones para sus feligreses. Falleció en 1835.
Los pamploneses vascohablantes no debían ser minoría desdeñable. El general conde de Reille ordeno publicar bandos en euskera, con esta datacion: Eguiña Iruñeko Palacioan, Burilla edo Septiembrearen 25 de 1811 día en que fueron fijados en lugares públicos en “esta ciudad”.
Durante la primera guerra carlista, algunos militares de la tierra utilizaron en ocasiones públicamente la lengua materna. Es el caso de Marcelino Oraa, nacido en Beriain (Galar) y jefe del ejercito cristiano del norte, Espoz y Mina, en su arenga a los Lekaroz antes de “aniquilarlos” y de incendiar el pueblo en 1834.
Para el gobierno de Madrid debían ser entonces los fueros y lengua vasca de los navarros tan vitandos como sus carlistas sublevados. Tanto es así, que previo informe del arzobispo de Toledo, la reina gobernadora ordeno secuestrar las traducciones de Evangelio hechas al vascuence y al Gitano o Romani (1838)
Poco antes de estallar la ultima carlistada, llego a Iruña Leandro Olivier para dirigir el archivo municipal. Afirmo que por entonces el vascuence “se hablaba constantemente en las calles del Carmen, ,Navarreria y Santo Domingo” y constato en todos los comercios la presencia de al menos una persona vascohablante. Rodriguez Ferrer confirma la noticia al decir que 1873 todavía “se oye el vascuence, pero muy mezclado y entre las clases sociales mas bajas, Pamplona, Monreal y Lumbier”.
La optima salud antaño gozada por la “Lingua Navarrorun” en la capital, se ve ahora gravísimamente afectada. Comprobar su existencia es como asistir al estertor de un agonizante “todavía vivo”. Muere sin que las autoridades provinciales ni municipales victimas a su vez de la crisis general, valorarán ni hicieran nada para mantener viva la lengua milenaria.
Las causas de tan rápida desaparecían, aunque complejas, radican en las profundas mutaciones políticas, sociales y culturales que afectaron a la esencia y existencia del reino navarro. Guerras contra la convención y la invasión francesa; guerras de la independencia de las colonias americanas (1813-1824), realista (1820-1823) y carlistas. Nabarra deja de ser un reino soberano e independiente. La nueva deberá renunciar a rasgos constitutivos de sus personalidad en aras del nuevo destino. Los pamploneses escolarizados prefieren hablar castellano. El vascuence sobrevive en el suburbio y en el servicio domestico. No todos los navarros aceptaran ver perdida la independencia del reino y muerta en sus cuna la lengua de los vascones, “la Lingua Navarrorun”
Historias de Pamplona y sus lenguas
Jose Maria Jimeno Jurio
miércoles, 26 de octubre de 2011
Cronologia historica de Iruña Nabarra
AÑO SUCESOS
C.800 A.C. Hábitat en el área de la catedral
75 A.C. Presencia de Pompeyo en Iruña
C.275 Destrucción de Pompaelo
C.407 Pamplona arrasada por los germánicos
55 San Cernin evangeliza Pamplona, según la leyenda
466-471 Gauterico pone guarnición visigoda
589 Obispo Liliolo en el Concilio XIII de Toledo
610 Obispo Juan suscribe el decreto de Gundemaro
683 Wincolamo en el Concilio XIII de Toledo
683 Marciano obispo en el Concilio XVI de Toledo
711 Don Rodrigo abandona Vasconia. Legan los árabes
C.714 Pamplona capitula ante los árabes
733 Vasconia se subleba. Campaña de Adb al-Malik
734 El emir Uqba conquista la ciudad
778 Paso de Carlomagno. Batalla de Orreaga-Roncesvalles
816 Ludovico Pío pasa a Pamplona
824-825 Campañas de Adb al Rahman II
859 Llegan los vikingos. García Iñiguez y Ordoño aliados
905 Proclamación del Rey Sancho Garcés II
924 Abd al-Rahman III destruye el señorío episcopal de Iruña
970-994 Sancho Garcés Abarca reconoce el señorío episcopal
1027 Sancho el Mayor reconoce el señorío episcopal de Iruña
1083 Pedro de Roda obispo de Pamplona. Fundación del Burgo
1087 Privilegio de Sancho Ramírez
1097 Comienza la construcción de la catedral románica
1107 Primera mención de la iglesia de San Cernin
1110 Mencionado el Burgo Nuevo
1127 Consagrada la catedral románica
1129 Concesión del Fuero de Jaca al Burgo de San Cernin
1164 Fuero de la aljama de Estella a los judíos
1177 El obispo cede al cabildo parte de sus derechos
1189 Pedro de Paris trae una reliquia de San Fermín
1222 Guerra contra la población. Incendio de San Nicolás
1234 Teobaldo I es coronado en la catedral
1251 Teobaldo II protege a los de la población
1255 Concordato de Estella anulado por Alejandro IV
1266 Primera unión municipal
1271 Teobaldo I jura mantener la unión municipal
1274 La Navarreria quebranta la unión
1275 Los castellanos invaden Nabarra
1276 Guerra y destrucción de la Navarreria
1282 Nuevo concordato para el reparto de Pamplona
1287 El Burgo y la población ratifican la unión municipal
1291 Nuevo concordato para el reparto de Pamplona
1308 Construcción del Castillo regio
1319 Concordato de Paris. Pamplona pasa a la corona
1319 Reconstrucción de la Navarreria
1329 Felipe de Evreux y Juana son coronados en la seo
1346 Ejecución de Jacques Licras
1348 Gran mortandad ocasionada por la Peste Negra
1350 Carlos II es coronado
1378 Los castellanos sitian la ciudad
1386 Motín popular. Carlos II muere en el Palacio Real
1390 Coronación de Carlos III en la catedral.
1394 Inicio de las obras de la catedral gótica actual
1423 Privilegio de la Unión. Carlos III une los tres núcleos en uno
1425 Muere Carlos III en Olite enterrado en la catedral
1427 El Palacio de San Pedro vuelve a la Corona
1429 Coronados los reyes Juan y Blanca
1450 El Rey toma medidas contra los Beaumonteses
1457 Las cortes Beaumonteses proclaman rey a Carlos
1468 Asesinado el obispo Nicolás de Chavarri en Tafalla
1471 Asalto Agramontes. Asesinado Pedro de Navarra, mariscal
1481 La reina Leonor muere en Tudela
1483 Proclamada reina Doña Catalina
1489 Arnalt Guillen de Brocar funda la primera imprenta
1494 Juan de Albret y Catalina coronados rompen conde de Lerin
1512 El ejercito del duque de Alba conquista Nabarra
1521 Perdida del Reino tras la batalla de Noain
1522 Defensa de Amaiur
1542 Carlos V visita la ciudad
1571 Construcción de la ciudadela
1578 Llegan los jesuitas al colegio de la Ananciada
1590 La fiesta de San Fermín se traslada al 7 de julio
1643 San Francisco Javier nombrado patrono del reino
1696 Primera piedra de la capilla de San Fermín
1706 Felipe V es aclamado en Pamplona
1732 Construcción del palacio episcopal
1752 Construcción de la Casa Consistorial
1757 Construcción de la capilla de la Virgen del Camino
1767 Construcción de la red de alcantarillado
1783 Construcción de la fachada neoclasica de la seo
1790 Llega el agua de Subiza
1794-1795 Guerra contra la convención
1808-1813 Guerra contra los franceses de Napoleón
1820-1823 Guerra realista
1828-1829 Ultimas Cortes Generales del Reino de Nabarra
1833-1839 Primera guerra carlista
1840 Creada la escuela normal de maestros
1841 Ley Paccionada. El Reino pasa a ser provincia foral
1843 Construcción del Palacio Foral
1860 Inaugurada la estación del norte y el ferrocarril
1872-1876 Ultima guerra carlista
1884 Alfonso XII visita Pamplona
1893-1894 Gamazada o protesta foral contra el ministro Gamazo
1905-1907 Demolición de murallas para el ensanche
1931 Proclamación de la Republica
1931-1932 Campaña del Estatuto de Autonomía fracasa en Pamplona
1936-1939 Guerra civil
1950 Primera piedra del barrio de la Txantrea
1954 Programa de Promoción Industrial
1959 Nacimiento de ETA
1960 Inaugurada la Universidad de Navarra
1961 Pamplona alcanza los 100.000 habitantes
1964 II Plan de Desarrollo y reactivación industrial
1972 Inaugurados los vuelos a Madrid desde Noain
1980-1994 Osasuna en primera división
1984 Inaugurada la Escuela Oficial de Idiomas
1987 Creada la Universidad Publica inaugurada en 1990
1991 Pamplona censa 191.572 habitantes y 266.750 en comarca
1995 Inaugurada la autovia de Pamplona a San Sebastian
1996 Final de etapa en Pamplona del Tour de Francia
1997 El Palacio del Condestable es declarado bien de interés cultural
1998 Inicio del proceso sobenanista, acuerdo Lizarra-Garazi
2003 Proyecto de un nuevo estatuto político
2011 ETA declara el fin definitivo de la actividad armada
martes, 25 de octubre de 2011
Historiografia sobre San Fermin
No podemos negar a la sociedad medieval fantasía ni fuerza creadora de relatos épicos e “historias”,de Vitae Sanctorum, Actae Martyrum, librimiraculorum, Chansons de geste. Sus autores no intentaban ser objetivos al relatar los hechos, sino deleitar a sus oyentes con ejemplos apasionantes de la virtud o el valor, inmortalizar al héroe o al santo, estimular, seguir su ejemplo, y fomentar peregrinaciones y limosnas a sus santuarios.
Presidía la diócesis de Amiens el obispo Eulogio hacia el año 346. Pero hasta finales del siglo VIII no hay noticia del santo ni de su culto en la ciudad. Por entonces aparece un Fermín confesor en una letanías del monasterio de Santa Maria de Soissons, al que se asocio un homónimo mártir en unas letanías de comienzos del siglo IX. Ambos encabezaban la serie de obispos, primero el martirizado sub praesideRictiovaro y después el confesor. Para 851 in Ambianensi civitate ipse preciosus martyr in corpore requiescit. Nacidos nombre, cargo y reliquias, poco a poco fueron desarrollándose las noticias bibliograficas. Como la del hallazgo milagroso de sus reliquias un 13 de febrero. Al derretirse nieves y hielos, y brotar la primavera florida sobre la tumba.
Los navarros tardaron siglos en conocer la existencia de tan egregio paisano. Su culto fue desconocido antes del siglo XII. A pesar de que los obispos ambianenses venían repartiendo los despojos del santo entre iglesias y familias nobles, guardando un brazo y el cráneo en sendos replicarios de plata, Pamplona no tuvo una reliquia suya. Ni entre mas de cincuenta colocadas en la imagen de Santa María de la Catedral, enumeradas por Arigita y Lasa, ni en otras relaciones de la época, como la del tesoro inmenso guardado en las arquetas árabes de Fitero.
La primera reliquia, probablemente la noticia de su existencia, fue traída desde Amiens en 1186 por el artajones Pedro de Paris, obispo de Pamplona. Al regresar de Roma, su amigo Teobaldo de Heilly, prelado ambianense,le obsequio con un fragmento del cráneo engarzado en cruz de oro. Llegado a Pamplona, dio rango solemne a la fiesta del mártir, 10 de octubre, con banquete y cena para el cabildo. “Lo decretamos así porque el nacimiento de dicho mártir es atribuido a padres pamploneses y se dice que fue ordenado obispo de la ciudad”, escribe el prelado en el decreto, como si todavía no estuviera seguro de lo que había escuchado a su amigo y colega de Amiens.
Confirma el desconocimiento de la existencia del santo paisano en Navarra otro hecho patente. Miles de templos parroquiales, monasterios, conventos, basílicas, y ermitas cubrían hasta el último rincón de nuestra geografía. Ni uno en honor de San Fermín antes del siglo XVI. Ni en Iruña, sus patria, donde la devolución popular le erigió un altar en la parroquia de San Lorenzo en 1399, embrión de la capilla iniciada en 1696. Fueron construidas después sus ermitas de Azkarate (Araitz), edificada después de 1586, y la posterior de Azpilicueta (Baztan), el templo de Aldapa, anteriormente dedicado a San Pedro, y la parroquia de reciente creación en la Milagrosa,ambos en Pamplona. A partir del siglo XVI comenzó la llegada de reliquias. Además de la cabeza guardada en la catedral de Amiens, tenían otra del santo “episcopi Pompeiopolitani” los frailes Mínimos de Madrid. Otra porcion del craneo regalo el obispo de Amiens a la noble fundadora de las Carmelitas Descalzas de Pamplona. Después fueron llegando muchas mas.
San Saturnino tuvo más suerte. Además de la parroquias del Burgo en Pamplona y del cerco en Artajona, fundadas por gentes del Midi,le fueron dedicadas las de Lizoain (Erro), Mutilva Alta ( Aranguren), Uriz (Artze), Ustes (Almiradio), Usun (Romanzado), y Gastiain (Lana) y una ermita en Narcue (Lana).
La critica historiogtafica no favorecio la tesis Navarra. El jesuita Juan Van Bollande (1596-1665) y su escuela de los Bolandos negaron al episcopado pamplonés del santo. El analista José Moret salio en defensa de la tradición. No convencieron a sus hermanos de religión unos argumentos, que a su vez volvió a rechazar el padre Stiling en 1769.
Cuando la critica histórica se hizo sistemática, y fue aplicada al santoral de cada diócesis, haciendo temblar los cimientos de ciertas tradiciones ,los enfrentamientos dialécticos entre hombres de iglesia y ciencia fueron inmisericordes. Sirvan como ejemplo las incentivas de los canónigos bayonenses.
Uno de los aspectos controvertidos fue el cronológico. El episcopado tolosano del santo fue datado en la primera mitad del siglo III y su martirio en el 250, arrastrado por un toro por las calles, circunstancia que hubiera explicado muy cumplidamente la abogacía de San Cernin,y no la de su discípulo, sobre los encierros mas famosos que en el mundo son. Pero salio al quite Migel Jose de Maceda con sus actas sinceras de los santos Saturnino, Honesto, y Fermín, publicadas en 1798, y logro mantener la verdad Navarra, siquiera entre los de casa. Mas recientemente, Juan Albizu, párroco de la iglesia del antiguo Burgo, en un sabroso estudio publicado en 1947, señalo el error en el que incurre el Martirologio romano al situar la muerte del patrono en el año 250, cuando el breviario diocesano pamplonés inicia el relato de sus vida diciendo: “Saturnino, ordenado obispo por san Pedro, príncipe de los Apóstoles”.
Deduzca el lector de lo expuesto lo que quiera. En mi discurso he tratado de recoger la tradición, de ser fiel a las noticias documentales y de llegar a unas conclusiones, absolutamente convencido de que errare humanun est.
José María Jimeno Jurio
Irunia,Irunea, Iruña capital de Vasconia
Fue Salustio, en el siglo anterior a nuestra era, el primer romano que nos lego escrito el nombre de Vasconia, tierra plana y montañosa con los pies en la vega ferraz del Ebro y mojado rostro en el mar océano, entre el Adur y el Urumea. Vasconia de las lindes fluctuantes, con mugas por las crestas pirenaicas separantes de los aquitanos septentrionales, abarcando por oriente a los ilumberianos y carenses y a los habitantes de jaccetania. Por la frontera meridional al cascantino Municipium Veterum Latinorum y Gracurris, y Kurnonium al suroeste, en la zona de Viana y Los Arcos. Al poniente, los arakelitani barranqueses hasta el con fin maritino de Oiasso.
Allí donde los bosques del pirineo abren la sonrisa fértil de un terreno de aluvión antes de asomarse al sol ancho del trigo y del olivo, se alza un promontorio. Enfila su proa hacia el río, foso defensivo y canal fertilizador del agro. Lo corona un oppidum cordial. Los naturales vascongados lo conocerán con un nombre sustantivo: Irunia, Irunea, Iruña. Olcairun, derca de una monedilla de bronce conservada en el museo de Navarra, parece contener, en su segundo componente, “el testimonio antiguo mas claro para explicar el nombre de Pamplona”, en opinión del profesor Antino Tovar. Latinados y romanizados la llamaron antiguamente Pompaelo, Pampilona (en latin), Pampelune (en frances), Pampalona (en romance occitano), Pampalone (en gascon), Pomplona (en romance navarro). Pamplona actualmente.
Iruña no fue Iriona “Urbs bona” o “Villa buena”, ni Irinea “Ciudad mía”, ni Iruona “tres buenas”, como Garibay, Sandoval, Moret, y otros muchos defendieron. Mucho antes de que vinieran los extranjeros a fundar Burgos cabe sus murallas, a principios del siglo XI, reinando Sancho el Mayor, aparecen escritos Irunia y su gentilicio iruniensis en textos latinos. Posiblemente los indígenas la llamaban asi o parecido desde muchos siglos antes. El nombre de Iruñea, contiene algun elemento significante mas que el de la ciudad; estaría compuesto de hiri + on + e Iruñe(a), forma originaria de que procede el oficializado Iruña. Por ahí va la tesis de los especialistas en filologia vasca.
Iruña era considerada “la ciudad principal de los Vascones” en tiempo de Estrabon. Euskaldun osoen hiri buruzaiga, sugun Juan Etxeberri de Ziburu. “Cabeza del reino de Navarra” mientras este fue. La configuración geográfica del cerro, y los cambios trillados por los pies de culturas ancestrales, permiten sospechar que aquí se afincaron muy pronto unas gentes, los fundadores del poblado, los Iruñatar aurrekoak o protopamploneses, como prefiera llamarlos.
Bibliografia:
Los orígenes del Reino de Navarra. Joaquin Arbeloa
Antecedentes históricos de la Santa Iglesia Catedral y Palacio Episcopal de Pamplona.
Juan Arbizu
Crónicas de los Reyes de Navarra. Carlos, príncipe de Viana
Materiales para una historia de la lengua vasca en su relación con la latina.Julio Caro Baroja
Rectificaciones del cementerio hispano-visigodo de Pamplona. Jorge de Navascues y Palacios
Historia de los obispos de Pamplona I. Jose Goñi Gaztambide
Textos Navarros del Codice de Roda. Jose Maria Lacarra
Actas sinceras, nuevamente descubiertas, de los santos Saturnino, Honesto y Fermin. Jose Miguel Maceda
Historia de Pamplona y sus lenguas. Jose María Jimeno Jurio
sábado, 22 de octubre de 2011
Patriotismo civico, navarro, y euskaldun
Tomas urzainqui mina
NAVARROS y euskaldunes del siglo XVI y XVII, como Etxepare, Leizarraga, Axular, Ohienart, Lazarraga, entre otros, fueron quienes pusieron en marcha la defensa del euskera. Así, la propia denominación de la comunidad euskaldun surge en los textos de los citados escritores en euskera, al tiempo que se sentían políticamente vinculados a la Navarra que continuaba independiente, utilizaban el nombre de Euskal Herria para abarcar al conjunto de los vascohablantes, aunque residieran fuera del territorio independiente navarro, en territorio navarro ya conquistado y ocupado por España o Francia. Buscaban así resaltar la existencia de la comunidad lingüística que, como consecuencia de las citadas conquistas, ya no estaba protegida por la nación política, Reino o Estado de Navarra.
Es muy significativo que, cuando las potencias anexionistas estaban terminando de subyugar a la nación política navarra, desde el propio seno de ésta se pusieran las bases de una resistencia aferrada a la defensa de los restos de la soberanía, a la vez que se hacía patente la existencia de la comunidad lingüística vasca como manifestación cultural de la sociedad política y nacional navarra. Hoy, la aparente preponderancia de la comunidad vasca sobre la sociedad política nacional navarra es consecuencia directa de la negación, minoración y subordinación de la nación política que es Navarra a causa de su conquista por España y Francia. Por lo tanto, el patriotismo cívico, navarro y euskaldun ejerce la lucha legítima por acabar con la conquista y sus secuelas, entre ellas la minorización del euskera.
El poeta Belzunce plasmó su interrogante sobre el sentimiento patriótico de los navarros, poco antes de la revolución francesa de 1789, en su verso "nafartarren arraza hil ala lo datza". Pablo Mendibil, refiriéndose a la persecución al euskera en 1800 que padeció en el colegio de Pamplona, dijo "que mi lengua es la bascongada, y para obligarme a que la olvide como si fuera incompatible con aprender y saber la castellana, me condenan a recibir el maldito anillo si se me escapa una sola palabra...". En plena guerra civil entre liberales y carlistas, el coronel pamplonés León Iriarte proclamó la independencia de Navarra durante un mes de 1837, tras hacerse con Pamplona. El profesor José Cruchaga Purroy, hablándome de lo que se les enseñaba a los jóvenes patriotas antes de 1936, me contó que se les decía que, "gora Euzkadi azkatuta" significaba "viva Navarra independiente". Son ejemplos, surgidos en la edad contemporánea, que dan testimonio del patriotismo navarro y euskaldun, que todavía en la Navarra reducida, tras las consecuencias del genocidio de 1936 con tres mil doscientos civiles asesinados, no se ha recuperado del todo.
La perfecta simbiosis de la nación y la comunidad es la base de una sociedad democrática y soberana. Por ello, se deberían dar dos procesos simultáneos en esta misma sociedad, que son la nacionalización navarra de la comunidad Euskal Herria y la euskaldunización de la nación navarra. Privar de la condición de navarros a los vascos supone eliminarles el inmenso acervo estatal, nacional e internacional, quedando reducidos, en el mejor de los casos, a la situación de hablantes minorizados del euskera. No nos engañemos, los que defienden a la vez la libertad nacional y los derechos al euskara son quienes ejercen el legítimo patriotismo. Los euskalzales consecuentes son los patriotas-cívicos, navarros y euskaldunes. No se puede ser abertzale, si no se es al mismo tiempo patriota navarro. Están surgiendo de forma espontánea, y por todo el territorio de la Navarra completa iniciativas sociales y culturales, que reivindican a Navarra como el sujeto político nacional. Esto se debe a la ineludible necesidad social de volver a tener el Estado y nación propios, que garanticen los derechos y la libertad de todos.
El abertzalismo nacido hace cien años ha creído, en alguna medida, que la nación había surgido con la fundación por Sabino Arana del partido nacionalista en 1895, sin tener en cuenta suficientemente la preexistencia del patriotismo navarro, que llevaba nueve siglos defendiendo la patria, la nación y el Estado de Navarra contra la invasión, la conquista y la ocupación española y francesa. En este olvido es donde se confunde el hecho del descubrimiento por Sabino de la nacionalidad y la creación de la misma. Sabino en 1894, a raíz de la Gamazada, dijo que le hubiera gustado trasladar a Bizkaia la unidad del patriotismo navarro, pero la realidad es que él no lo llegó a hacer. Sin embargo, esta importante carencia sobre la comprensión del conjunto del hecho nacional pronto la pusieron en evidencia otros, como Anacleto Ortueta Azkuenaga, uno de los fundadores de ANV, y José Antonio Agirre Lekube, primer lehendakari del gobierno autonómico vasco, que echaron expresamente en falta el reconocimiento del sujeto político de la unidad nacional que es Navarra.
El patriotismo cívico, navarro y euskaldun defiende a la sociedad política, que es Navarra y a su comunidad lingüística vasca, Euskal Herria, que forma parte de la misma nación y estado. El concepto de patriotismo en su sentido primigenio tiene hoy absoluta vigencia. En la actualidad se justifica plenamente un patriotismo cívico defensivo ante el embate global, tanto de la especulación financiera como del renovado expansionismo de los Estados grannacionales, mutuos causantes y responsables del desastre anunciado. El patriotismo quiere el fin de la conquista y de la ocupación, realidades objetivas que tienen menos que ver con las esencias de la identidad y más con lo sustancial y necesario de la libertad, la independencia y los derechos humanos. El patriotismo cívico es el verdadero motor social que conforma y vitaliza el sujeto político diferenciado. El patriotismo navarro se activó desde el inicio de las conquistas y no ha cesado nunca de existir en la larga lucha por la supervivencia individual y colectiva. El sujeto político es la sociedad y sus ciudadanos, que en mayor o menor grado padecen los efectos continuados de la conquista, así directamente la negación de sus derechos individuales y colectivos, entre ellos el derecho efectivo al euskera. El sujeto político por antonomasia, efectivamente, es la nación hoy conquistada y subordinada que es Navarra.
lunes, 10 de octubre de 2011
Cuando los arboles no dejan ver el bosque
Cuando los árboles no dejan ver el bosque
Iñigo Saldise Alda
Los nabarros y nabarras soberanistas, independientes, estatalistas e incluso legitimista,-¿Los hay de alguna otra forma?-debemos tener presente que muchas personas de nuestro más inmediato entorno, que indudablemente poseen un sentimiento político independentista y soberanista en este nuestro País, Nación o Estado-por cierto, ocupado militarmente de forma ilegítima hasta el día de hoy y todavía en periodo o proceso de colonización franco-española con el mudo, pero explícito consentimiento del Estado Vaticano, siempre y de manera indudable ante la Jurisprudencia Internacional de forma ilegal, contando a su vez de un acentuada colonización imperial de carácter, militar, política, judicial, fiscal, lingüística y manifiestamente cultural emanada desde los intransigentes, autoritarios y antidemocráticos imperios del Reino de España y de la República de Francia-creen que votar el próximo día 20 de noviembre del año 2011 en las elecciones generales al Reino constitucional de España es verdaderamente soberanista e independentista; gran e imperdonable error para los patriotas nabarros y nabarras.
Dicho voto o acto “libre” de votar a unos partidos o coaliciones, que incontestablemente están dados de alta en dicho imperio colonizador-España y/o Francia-, supone una aceptación absoluta de la(s) constitución(es) del Estado(s) invasor(res), de nuestra actual situación sometimiento y esclavitud absoluta del Pueblo-Nación de Nabarra por parte española-no nos olvidemos la consiguiente por parte francesa-. Es indudable desde el punto de vista de una persona analista en materia política, sea de donde sea, que la inmensa mayoría de esos “votantes españoles y españolas”, el ejercicio de votar a alguna coalición-X-o partido(s) político(s)-Y o Z o las siglas que se le ocurran al lector o lectora-autodenominado abertzale-según el gran Sabino Arana esta palabra en euskara inventada por él y que le dio el significado de patriota- puede significar un paso político importante para conseguir la tan ansiada desde su perdida, independencia de los vascos y vascas; o siempre mejor dicho pese a los imaginarios planteamientos políticos nacionalistas vascos o bizkaitarrak, para la recuperación plena de la soberanía nuestro País o Estado político natural de Nabarra, el cual originariamente era vasco(n) en su fundación, pero admitió debido a su naturaleza anti-racista, a varias y diferentes etnias culturales y religiosas a lo largo de la historia política del Reino o Estado de Nabarra y del resto de Europa, el cual ciertamente es debido al amor de los vasco(nes)s por la humanidad-¿Humanismo tal vez?-, y que puede y debe estar formando en la actualidad por cualesquier persona que tenga conciencia y respeto a la etnia cultural y natural de este País y se consideren y actúen como políticamente nabarros y nabarras, independientemente de la etnia natural y cultural originaria de cada uno o cada una.
Cualquier ciudadano y ciudadana que habite en este nuestro País de Nabarra, repito Nabarra, que cierta y manifiestamente posea, o quizás mejor dicho tenga, la absoluta conciencia política de no ser español o española, francés o francesa, o para que lo entiendan algunos y algunas, inglés o inglesa, es imposible que ejerza finalmente el derecho de votar en cualquier elección emanada desde el imperio colonial del Reino de España y/o la República de Francia, ya que dicho acto “democrático” supone un paso más para asentar colonización española y/o francesa en este nuestro País, el Estado de Nabarra; o si se prefiere, un ejercicio más de colaboración, consciente o inconscientemente que más da para el imperio de turno, con la jurisprudencia invasora y colonial de España y/o Francia, además se tener un significado político muy importante, pues evidentemente supone la aceptación de la esclavitud que sufre tristemente a día de hoy, el Pueblo-Nación de Nabarra y la legitimación internacional de un(os) Estado(s) imperial(es) y colonizador(es).
Para concluir, debemos recordar que todos los partidos políticos o coaliciones de ellos, que están dados de alta en el Reino de España y/o la República de Francia, pertenecen sin ningún tipo de duda a dichos Estados. Además, de forma políticamente consciente defienden ante la Jurisprudencia Internacional dichas nacionalidades imperialistas. Tengamos de nuevo presente, que en ambas constituciones, de innegable carácter imperial y colonial, está totalmente frenado de forma premeditada el Derecho de autodeterminación de los Pueblos-colonizados-, lo cual es contrario a cualquier Derecho Internacional emanado desde la Organización de las Naciones Unidas. Unas resoluciones que aceptaron y firmaron los españoles y los franceses, pero a día de hoy y lamentablemente para nuestra conciencia patriótica nabarra, cuentan con el consentimiento mudo pero explícito de dicha Organización Mundial, en gran medida por la colaboración directa, consciente o inconscientemente, que ejercemos aquellos y aquellos que nos autodenominamos independentistas, soberanistas, estatalistas y legitimistas nabarros y nabarras, solamente al poner una papelina, ¿O era papeletas? En unas urnas impuestas imperial y colonialmente en nuestro País, el Estado de Nabarra.
Iñigo Saldise Alda
Los nabarros y nabarras soberanistas, independientes, estatalistas e incluso legitimista,-¿Los hay de alguna otra forma?-debemos tener presente que muchas personas de nuestro más inmediato entorno, que indudablemente poseen un sentimiento político independentista y soberanista en este nuestro País, Nación o Estado-por cierto, ocupado militarmente de forma ilegítima hasta el día de hoy y todavía en periodo o proceso de colonización franco-española con el mudo, pero explícito consentimiento del Estado Vaticano, siempre y de manera indudable ante la Jurisprudencia Internacional de forma ilegal, contando a su vez de un acentuada colonización imperial de carácter, militar, política, judicial, fiscal, lingüística y manifiestamente cultural emanada desde los intransigentes, autoritarios y antidemocráticos imperios del Reino de España y de la República de Francia-creen que votar el próximo día 20 de noviembre del año 2011 en las elecciones generales al Reino constitucional de España es verdaderamente soberanista e independentista; gran e imperdonable error para los patriotas nabarros y nabarras.
Dicho voto o acto “libre” de votar a unos partidos o coaliciones, que incontestablemente están dados de alta en dicho imperio colonizador-España y/o Francia-, supone una aceptación absoluta de la(s) constitución(es) del Estado(s) invasor(res), de nuestra actual situación sometimiento y esclavitud absoluta del Pueblo-Nación de Nabarra por parte española-no nos olvidemos la consiguiente por parte francesa-. Es indudable desde el punto de vista de una persona analista en materia política, sea de donde sea, que la inmensa mayoría de esos “votantes españoles y españolas”, el ejercicio de votar a alguna coalición-X-o partido(s) político(s)-Y o Z o las siglas que se le ocurran al lector o lectora-autodenominado abertzale-según el gran Sabino Arana esta palabra en euskara inventada por él y que le dio el significado de patriota- puede significar un paso político importante para conseguir la tan ansiada desde su perdida, independencia de los vascos y vascas; o siempre mejor dicho pese a los imaginarios planteamientos políticos nacionalistas vascos o bizkaitarrak, para la recuperación plena de la soberanía nuestro País o Estado político natural de Nabarra, el cual originariamente era vasco(n) en su fundación, pero admitió debido a su naturaleza anti-racista, a varias y diferentes etnias culturales y religiosas a lo largo de la historia política del Reino o Estado de Nabarra y del resto de Europa, el cual ciertamente es debido al amor de los vasco(nes)s por la humanidad-¿Humanismo tal vez?-, y que puede y debe estar formando en la actualidad por cualesquier persona que tenga conciencia y respeto a la etnia cultural y natural de este País y se consideren y actúen como políticamente nabarros y nabarras, independientemente de la etnia natural y cultural originaria de cada uno o cada una.
Cualquier ciudadano y ciudadana que habite en este nuestro País de Nabarra, repito Nabarra, que cierta y manifiestamente posea, o quizás mejor dicho tenga, la absoluta conciencia política de no ser español o española, francés o francesa, o para que lo entiendan algunos y algunas, inglés o inglesa, es imposible que ejerza finalmente el derecho de votar en cualquier elección emanada desde el imperio colonial del Reino de España y/o la República de Francia, ya que dicho acto “democrático” supone un paso más para asentar colonización española y/o francesa en este nuestro País, el Estado de Nabarra; o si se prefiere, un ejercicio más de colaboración, consciente o inconscientemente que más da para el imperio de turno, con la jurisprudencia invasora y colonial de España y/o Francia, además se tener un significado político muy importante, pues evidentemente supone la aceptación de la esclavitud que sufre tristemente a día de hoy, el Pueblo-Nación de Nabarra y la legitimación internacional de un(os) Estado(s) imperial(es) y colonizador(es).
Para concluir, debemos recordar que todos los partidos políticos o coaliciones de ellos, que están dados de alta en el Reino de España y/o la República de Francia, pertenecen sin ningún tipo de duda a dichos Estados. Además, de forma políticamente consciente defienden ante la Jurisprudencia Internacional dichas nacionalidades imperialistas. Tengamos de nuevo presente, que en ambas constituciones, de innegable carácter imperial y colonial, está totalmente frenado de forma premeditada el Derecho de autodeterminación de los Pueblos-colonizados-, lo cual es contrario a cualquier Derecho Internacional emanado desde la Organización de las Naciones Unidas. Unas resoluciones que aceptaron y firmaron los españoles y los franceses, pero a día de hoy y lamentablemente para nuestra conciencia patriótica nabarra, cuentan con el consentimiento mudo pero explícito de dicha Organización Mundial, en gran medida por la colaboración directa, consciente o inconscientemente, que ejercemos aquellos y aquellos que nos autodenominamos independentistas, soberanistas, estatalistas y legitimistas nabarros y nabarras, solamente al poner una papelina, ¿O era papeletas? En unas urnas impuestas imperial y colonialmente en nuestro País, el Estado de Nabarra.
La planicie entre las montañas
La planicie entre las montañas
Iñigo Saldise Alda
Partiendo de la premisa que ambos términos están escritos en la lengua de los nabarros, y que por lo tanto son ambos igualmente lícitos, debemos matizar que el topónimo o término político de Nabarra deriva de la voz vasc(on)a de Nabar, cuyo significado es "planicie entre las montañas". Por otro lado, al contar con la terminación "-oa" actual y cuyo significado es “comarca”, nos indica que los términos posteriores a Nabarra, que fueron apareciendo cronológicamente a lo largo de nuestra historia dependiendo del dialecto asistente en cada lugar, hicieron las derivaciones posteriores al término de Nabarra, que cronológicamente son Nabarroa, Naparroa y Nafarroa-originariamente apareció como Naffarroa-, significado todos ellos lo mismo, "comarca plana entre montañas".
Es a mediados del siglo XI cuando aparece por primera vez escrito este topónimo y término político de Nabarra, para designar el territorio independiente de los nabarros. Tuvieron que pasar más de V siglos y mucha historia, para que apareciera en libros el término de Naffarroa. Este término aparece por primera vez escrito en el año 1545, concretamente en el libro del clérigo católico Bernat Dechepare, el cual lleva un título escrito en latín, Linguae Vasconum Primitiae.
La palabra Nabarra que aparece en ese escrito del año 1050, puede ser una de las primeras palabras escritas en romance nabarro; pero debemos tener presente que es una aceptación absoluta para este romance latino, de una palabra del idioma vivo más antiguo del Continente Europeo, gure euskaraz y cuyo significado final en la lingua navarrorum es “la planicie entre las montañas”.
Nabarra es un término antiquísimo, del denominado euskara arcaico, cuasi prehistórico o ancestral, en contrapartida con el moderno término de Naffarroa del siglo XVI. Una de las hipótesis barajadas por los lingüistas, es que éste último sufrió una “natural” evolución que parte de la letra b pasando por la letra p, para acabar en la letra f. Otra hipótesis entorno al término actual de Nafarroa, la cual está menos extendida entre los lingüistas, es la que nos alega que la denominación original de Naffarroa, tiene una clara influencia o colonización de carácter fonético, al escribir la doble f como se pronunciaba originalmente la letra latina v, aunque esta hipótesis en cambio, no matiza la utilización de la terminación “-oa”. Esto demostraría un importante grado de colonización en materia lingüística especialmente o más concretamente, pues tendría su desarrollo durante la edad media debido a la influencia de las lenguas latinas que compartían el espacio político con la lengua autóctona o propia del Estado de los nabarros, y finalmente, por la acción del Renacimiento y el posicionamiento soberano desde la Nabarra libre o norpirenaica en contraposición del Barroco, el cual era emergente en la Nabarra ocupada o surpirenaica, donde la introducción de la v (foneticamente uf-fe y normalmente escrita como u incluso en documentos estatales anteriores a la invasión y ocupación española escritos en latín) fue ya en algunos documentos del siglo XVI.
Personalmente, y dejando de antemano muy claro que acepto cualquier terminología expuesta en este escrito para designar o nombrar a nuestro Estado, yo me inclino por utilizar el término de Nabarra. Esto es debido a que en primer lugar, muestra un origen indudablemente propio de nuestros antepasados soberanos, al pertenecer al euskara arcaico y no presentar una probable colonización lingüística del latín e idiomas derivados del mismo. Y en segundo lugar, porque su presencia y utilización es durante un periodo en el cual, se mantuvo la total independencia territorial de nuestro Estado, mientras que el término de Naf(f)arroa, muestra posibles pautas de colonización lingüística o latinización, y finalmente su utilización inicial ciertamente se remite a un periodo de soberanía, pero solo para una parte limitada de nuestro territorio natural o Vasconia.
Iñigo Saldise Alda
Partiendo de la premisa que ambos términos están escritos en la lengua de los nabarros, y que por lo tanto son ambos igualmente lícitos, debemos matizar que el topónimo o término político de Nabarra deriva de la voz vasc(on)a de Nabar, cuyo significado es "planicie entre las montañas". Por otro lado, al contar con la terminación "-oa" actual y cuyo significado es “comarca”, nos indica que los términos posteriores a Nabarra, que fueron apareciendo cronológicamente a lo largo de nuestra historia dependiendo del dialecto asistente en cada lugar, hicieron las derivaciones posteriores al término de Nabarra, que cronológicamente son Nabarroa, Naparroa y Nafarroa-originariamente apareció como Naffarroa-, significado todos ellos lo mismo, "comarca plana entre montañas".
Es a mediados del siglo XI cuando aparece por primera vez escrito este topónimo y término político de Nabarra, para designar el territorio independiente de los nabarros. Tuvieron que pasar más de V siglos y mucha historia, para que apareciera en libros el término de Naffarroa. Este término aparece por primera vez escrito en el año 1545, concretamente en el libro del clérigo católico Bernat Dechepare, el cual lleva un título escrito en latín, Linguae Vasconum Primitiae.
La palabra Nabarra que aparece en ese escrito del año 1050, puede ser una de las primeras palabras escritas en romance nabarro; pero debemos tener presente que es una aceptación absoluta para este romance latino, de una palabra del idioma vivo más antiguo del Continente Europeo, gure euskaraz y cuyo significado final en la lingua navarrorum es “la planicie entre las montañas”.
Nabarra es un término antiquísimo, del denominado euskara arcaico, cuasi prehistórico o ancestral, en contrapartida con el moderno término de Naffarroa del siglo XVI. Una de las hipótesis barajadas por los lingüistas, es que éste último sufrió una “natural” evolución que parte de la letra b pasando por la letra p, para acabar en la letra f. Otra hipótesis entorno al término actual de Nafarroa, la cual está menos extendida entre los lingüistas, es la que nos alega que la denominación original de Naffarroa, tiene una clara influencia o colonización de carácter fonético, al escribir la doble f como se pronunciaba originalmente la letra latina v, aunque esta hipótesis en cambio, no matiza la utilización de la terminación “-oa”. Esto demostraría un importante grado de colonización en materia lingüística especialmente o más concretamente, pues tendría su desarrollo durante la edad media debido a la influencia de las lenguas latinas que compartían el espacio político con la lengua autóctona o propia del Estado de los nabarros, y finalmente, por la acción del Renacimiento y el posicionamiento soberano desde la Nabarra libre o norpirenaica en contraposición del Barroco, el cual era emergente en la Nabarra ocupada o surpirenaica, donde la introducción de la v (foneticamente uf-fe y normalmente escrita como u incluso en documentos estatales anteriores a la invasión y ocupación española escritos en latín) fue ya en algunos documentos del siglo XVI.
Personalmente, y dejando de antemano muy claro que acepto cualquier terminología expuesta en este escrito para designar o nombrar a nuestro Estado, yo me inclino por utilizar el término de Nabarra. Esto es debido a que en primer lugar, muestra un origen indudablemente propio de nuestros antepasados soberanos, al pertenecer al euskara arcaico y no presentar una probable colonización lingüística del latín e idiomas derivados del mismo. Y en segundo lugar, porque su presencia y utilización es durante un periodo en el cual, se mantuvo la total independencia territorial de nuestro Estado, mientras que el término de Naf(f)arroa, muestra posibles pautas de colonización lingüística o latinización, y finalmente su utilización inicial ciertamente se remite a un periodo de soberanía, pero solo para una parte limitada de nuestro territorio natural o Vasconia.
martes, 4 de octubre de 2011
20N, los nabarros llamados a una abstencion coherente con la patria
20N, los nabarros llamados a una abstención coherente con la Patria
J.X. Mauleon, Cadreita-Nabarra
A los Estados bajo regímenes imperialistas y colonialistas, ya estén disfrazados como monarquías parlamentarias o repúblicas semipresidencialistas, ciertamente no les gustas las democracias, sino que realmente utilizan el nombre de dicha estructuración política para su beneficio y legitimación. Esto es el principio máximo del despotismo, ilustrado o no. Sino ¿Cómo podrían justificar sus atropellos militares, políticos, judiciales y fiscales realizados a lo largo y ancho de la historia ante la opinión mundial? Si por ellos fuere, jamás convocarían a las urnas a los Pueblos-Naciones que tienen bajo su sometimiento colonial e incluso a su mismo Pueblo-Nación.
En el caso del Pueblo-Nación de Nabarra, sufrimos a dos despóticos imperios, el Reino de España y la República de Francia. Se aproxima ya el próximo ejercicio “democrático” sancionado por el monarca español que se conoce como votar; será el 20 de Noviembre. Casualmente o no, coincide con la fecha en la que murió el dictador español Francisco Franco. Ya desde las primeras elecciones tras la muerte Franco, la imposición al Pueblo-Nación español y a todas las colonias bajo control militar español, venían sancionadas desde un impuesto Jefe de Estado para el imperio de España por el propio autodenominado generalísimo, lo que daba continuidad al régimen totalitario existente en España y sus colonias.
Partiendo de esta premisa, cualquier organización política española podía presentarse a las elecciones, incluidas aquellas que en la ideología primaria no eran españolas, como es el caso del conocido como nacionalismo vasco. No cabe ninguna duda, solo debemos repasar la historia moderna del Reino de España y la concerniente a la colonia española de Nabarra, que la aceptación del marco constitucional español actual, estaba asumida por los partidos nacionalistas, salvo la denominada y conocida como izquierda abertzale, de corriente independentista y de izquierdas, que a pesar de ello, ha participado en las diferentes convocatorias electorales, bien a las Cortes españolas o las instituciones coloniales dentro de una parte del territorio perteneciente a la colonia española de Nabarra, al igual que el resto de partidos del denominado ámbito nacionalista vasco. Esto fue llevado palpablemente mal por el colonialismo ultra-nacional español, por lo que aparecieron más y más trabas en el marco de la legalidad española, hasta la llamada ilegalización de las distintas marcas partidistas provenientes de la izquierda abertzale, intentando con ello mantener cerrada la puerta de la negociación y el diálogo con el cual poder independizarse del siempre opresor Estado español, al menos por estas tierras.
A pesar de los “avances democráticos” llevados a cabo desde el imperio español, que indudablemente están supeditados en gran medida a la desaparición de una organización terrorista o militar de origen nacionalista vasco, la puerta a la consecución de nuestra independencia o quizás, mejor dicho, hacia la recuperación de la soberanía del Estado de Nabarra, no existe en las reglas de juego de la Constitución Española; y tampoco en la de la Constitución Francesa. El imperialismo y colonialismo español, también el francés, siempre negará al Pueblo-Nación de Nabarra, el cual indudablemente es de origen vascón o vasco, su libertad.
Algunos se sorprenderán e incluso nos atacaran, pues no es fácil entender como un nabartzale como yo, pueda pedir la abstención para el día 20 de noviembre, cuando de nuevo ha sido admitida la opción política de la izquierda abertzale, que tantos quebraderos de cabeza ha supuesto para el imperialismo español en las últimas décadas. Pero lo que está claro, a la historia me remito, es que el Estado español, a pesar su natural ser colonialista, imperialista y totalitaria, sus sucesivos dirigentes son conscientes dela necesidad de tener de nuevo dentro de la legalidad vigente a la izquierda independentista vasca, eso sí, siempre y cuando ésta sea exclusivamente española.
No puedo negar la buena fe de aquellos que creen posible la consecución del objetivo primordial y libertario de la independencia para los vascos de esta parte de Europa. Pero deben tener muy presente, ellos y sus votantes, que siempre la política es una correlación de fuerza manifiestamente violenta. De nuevo la izquierda abertzale ha conseguido ser aceptada en el marco político y constitucional de la Patria y de Nación española, donde la eficacia para la consecución del objetivo libertario de la independencia y soberanía, se torna realmente utópico e inalcanzable. El imperio español tiene como único fin continuar con la legitimación de actual estatus político, sin olvidarse de justificar y explicar, que la ilegítima invasión y ocupación de nuestra tierra, con el consiguiente y continuado genocidio, además de la brutal colonización que sufre desde hace más de V siglos-VIII y IX en otras partes de Baskonia-la Patria Nabarra fue por union aeque principaliter.
Por todo ello y para no comer errores pasados y nuevos, la abstención el día 20 de noviembre es un acto coherente para los nabarros, ya que nuestro único Pueblo es el nabarro, nuestra única Nación, Nabarra, nuestro único Estado, Nabarra y como no, nuestra única Patria, Nabarra.
J.X. Mauleon, Cadreita-Nabarra
A los Estados bajo regímenes imperialistas y colonialistas, ya estén disfrazados como monarquías parlamentarias o repúblicas semipresidencialistas, ciertamente no les gustas las democracias, sino que realmente utilizan el nombre de dicha estructuración política para su beneficio y legitimación. Esto es el principio máximo del despotismo, ilustrado o no. Sino ¿Cómo podrían justificar sus atropellos militares, políticos, judiciales y fiscales realizados a lo largo y ancho de la historia ante la opinión mundial? Si por ellos fuere, jamás convocarían a las urnas a los Pueblos-Naciones que tienen bajo su sometimiento colonial e incluso a su mismo Pueblo-Nación.
En el caso del Pueblo-Nación de Nabarra, sufrimos a dos despóticos imperios, el Reino de España y la República de Francia. Se aproxima ya el próximo ejercicio “democrático” sancionado por el monarca español que se conoce como votar; será el 20 de Noviembre. Casualmente o no, coincide con la fecha en la que murió el dictador español Francisco Franco. Ya desde las primeras elecciones tras la muerte Franco, la imposición al Pueblo-Nación español y a todas las colonias bajo control militar español, venían sancionadas desde un impuesto Jefe de Estado para el imperio de España por el propio autodenominado generalísimo, lo que daba continuidad al régimen totalitario existente en España y sus colonias.
Partiendo de esta premisa, cualquier organización política española podía presentarse a las elecciones, incluidas aquellas que en la ideología primaria no eran españolas, como es el caso del conocido como nacionalismo vasco. No cabe ninguna duda, solo debemos repasar la historia moderna del Reino de España y la concerniente a la colonia española de Nabarra, que la aceptación del marco constitucional español actual, estaba asumida por los partidos nacionalistas, salvo la denominada y conocida como izquierda abertzale, de corriente independentista y de izquierdas, que a pesar de ello, ha participado en las diferentes convocatorias electorales, bien a las Cortes españolas o las instituciones coloniales dentro de una parte del territorio perteneciente a la colonia española de Nabarra, al igual que el resto de partidos del denominado ámbito nacionalista vasco. Esto fue llevado palpablemente mal por el colonialismo ultra-nacional español, por lo que aparecieron más y más trabas en el marco de la legalidad española, hasta la llamada ilegalización de las distintas marcas partidistas provenientes de la izquierda abertzale, intentando con ello mantener cerrada la puerta de la negociación y el diálogo con el cual poder independizarse del siempre opresor Estado español, al menos por estas tierras.
A pesar de los “avances democráticos” llevados a cabo desde el imperio español, que indudablemente están supeditados en gran medida a la desaparición de una organización terrorista o militar de origen nacionalista vasco, la puerta a la consecución de nuestra independencia o quizás, mejor dicho, hacia la recuperación de la soberanía del Estado de Nabarra, no existe en las reglas de juego de la Constitución Española; y tampoco en la de la Constitución Francesa. El imperialismo y colonialismo español, también el francés, siempre negará al Pueblo-Nación de Nabarra, el cual indudablemente es de origen vascón o vasco, su libertad.
Algunos se sorprenderán e incluso nos atacaran, pues no es fácil entender como un nabartzale como yo, pueda pedir la abstención para el día 20 de noviembre, cuando de nuevo ha sido admitida la opción política de la izquierda abertzale, que tantos quebraderos de cabeza ha supuesto para el imperialismo español en las últimas décadas. Pero lo que está claro, a la historia me remito, es que el Estado español, a pesar su natural ser colonialista, imperialista y totalitaria, sus sucesivos dirigentes son conscientes dela necesidad de tener de nuevo dentro de la legalidad vigente a la izquierda independentista vasca, eso sí, siempre y cuando ésta sea exclusivamente española.
No puedo negar la buena fe de aquellos que creen posible la consecución del objetivo primordial y libertario de la independencia para los vascos de esta parte de Europa. Pero deben tener muy presente, ellos y sus votantes, que siempre la política es una correlación de fuerza manifiestamente violenta. De nuevo la izquierda abertzale ha conseguido ser aceptada en el marco político y constitucional de la Patria y de Nación española, donde la eficacia para la consecución del objetivo libertario de la independencia y soberanía, se torna realmente utópico e inalcanzable. El imperio español tiene como único fin continuar con la legitimación de actual estatus político, sin olvidarse de justificar y explicar, que la ilegítima invasión y ocupación de nuestra tierra, con el consiguiente y continuado genocidio, además de la brutal colonización que sufre desde hace más de V siglos-VIII y IX en otras partes de Baskonia-la Patria Nabarra fue por union aeque principaliter.
Por todo ello y para no comer errores pasados y nuevos, la abstención el día 20 de noviembre es un acto coherente para los nabarros, ya que nuestro único Pueblo es el nabarro, nuestra única Nación, Nabarra, nuestro único Estado, Nabarra y como no, nuestra única Patria, Nabarra.
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